Con un concierto emotivo que repasó todos los clásicos de su carrera, León Gieco coronó la apertura de los festejos por los 400 años de la Universidad Nacional de Córdoba
El cantautor santafesino contó en el promedio con un invitado de lujo, Charly García, que subió a escena para interpretar La colina de la vida, Fantasma de Canterville y La mamá de Jimmy , canciones incluidas en el único long play del grupo PorSuiGieco, publicado a mediados de los ‘70.
No fueron las únicas piezas afrontadas en conjunto. León y Charly también ofrecieron Pensar en nada y la elocuente Los Salieris de Charly , donde León supo manifestar abiertamente su admiración a este compañero de emociones, acaso uno de los amigos más entrañables que le dio el rock. “Nos conocemos hace 400 años”, bromeó García.
La participación de García en el concierto de Gieco se confirmó hace una semana, pero se afianzó ayer a la siesta en una habitación del Holiday Inn, en la que los músicos ajustaron arreglos en el medio de una sesión con clima de informalidad y compañerismo. En ese contexto germinó la idea de recordar a Luis Alberto Spinetta tocando un tramo de Post Crucifixión , que llegó sobre el cierre de La mamá de Jimmy .
El concierto del cantor de Cañada de Rosquín fue el epílogo de un festejo que había comenzado el sábado por la noche. Es que la celebración por el 50° aniversario de Canal 10 también se promocionó como una apertura de los 400 años de la UNC. En esa sinergia de festejos, el santiagueño Peteco Carabajal y el uruguayo Jaime Roos convocaron más de 10 mil personas en el Orfeo Superdomo.
Gieco subió a escena a las 21.15, en compañía del trío Las Guitarras del Amor, con el que homenajeó a “las mujeres luchadoras de la historia” y a grandes del cancionero latinoamericano como María Elena Walsh, Antonio Tormo, Jorge Cafrune, Atahualpa Yupanqui, Alfredo Zitarrosa y Víctor Jara. En ese tramo, además, interpretó su canción La memoria, que en términos simbólicos se complementó perfectamente con el discurso de la rectora Carolina Scotto.
Posteriormente, el cantautor entró de lleno a su obra, cuya relevamiento iba acompañado por imágenes del devenir socio histórico argentino. Antes de tocar Malas condiciones , León dijo que envidiaba a los jóvenes de hoy porque podían estudiar en un marco de libertad y “en el mejor momento del país”.
También reivindicó la lucha de los estudiantes chilenos por una educación libre y gratuita. Como si fuera un músico en ascenso, León pidió que compraran su último disco, El desembarco , a precio de costo en un puestito cercano al mangrullo del sonido. Luego, tocó varios temas de esa obra: el mismo El desembarco , Yo bailaré y El argentinito .
Sobre el final, cuando la medianoche se acercaba mansamente, llegaron Cinco siglos igual y El embudo , dedicados a Evo Morales y a “nuestra presidente”, respectivamente.
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