Alakrán y Halley, juntos otra vez

Alakrán se presentó en la fiesta homenaje a Halley, el mítico boliche porteño, a 28 años de su inauguración: un festejo emotivo y lleno de recuerdos (y de camperas de cuero, chupines, botas tejanas y peinados de época), del que además participaron otras bandas de la década de oro del rock pesado local, como Magnum 44 y Escocia.

Pero, sin dudas, el plato fuerte, aquel que todos ansiaban degustar, era aquella banda conformada por el polifacético y gran vocalista Mario Ian (Hellion, Rata Blanca, Devenir, IAN), el fabuloso guitarrista – y miembro fundador del grupo – Gady Pampillón (La Torre, Tarzen, Gasolina); una aplanadora, Ricky “El Griego” Alonso, en batería (JAF, Pappo’s Blues); el versátil Hernán Cotelo en bajo (Killer Trip) y el siempre leal Javier “el Chino” Retamozo en los teclados (Reaktor, Rata Blanca, Mala Medicina, IAN).

En la presentación, que se extendió por poco más de una hora, desfilaron puros clásicos: Otra vez en las calles; Entre cielo, tierra y mar; Traidor; No dejes de brillar; la preciosa balada Soy libre igual;Enciéndelo; Luces de la gran Ciudad, Vas a ser un dominado; el clásico cover en clave metalera deProud Mary (de Creedence) y, por supuesto, las dos marcas registradas de la banda: Alguien nos divide y el infaltable superclásico: Vagabundear. Obvio y no por eso menos esperado y festejado cierre.

En un Roxy repleto de fanáticos de la vieja y la nueva guardia, Alakran, una de las bandas más importantes de la movida metalera local de los 80s, brindó un show para el recuerdo: cinco intérpretes en la mejor de sus formas, con la misma precisión y energía que la banda transmitiera hace casi 30 años.

Pero tal jolgorio no hubiese sido posible sin la participación más que activa de un público de una lealtad que pocos grupos en la actualidad pueden atesorar. Demostrando una nobleza que muchos envidiarían, ‘la banda de Alakran’ saltó, arengó, motivó, y se emocionó cantando letra por letra cada canción y coreando, frase por frase, cada melodía.

Una noche que quedará marcarda a fuego en la memoria de quienes tuvimos la fortuna de estar allí, en la que los 80s y sus más fieles representantes tuvieron el homenaje que se merecían.