El Indio Solari se reencontró su gente el sábado en el Autódromo de Junín donde más de 100 mil personas concurrieron al segundo show del año del ex Redondito de Ricota con una consigna en común: no a las bengalas.
Tras la postergación del recital, previsto para el 28 de mayo, por l a muerte de Miguel Ramírez como consecuencia del impacto de una bengala en un recital de La Renga, el mensaje llegó y se interpretó. La organización colocó varios contenedores para los desprevenidos que llegaban con pirotecnia, dispuestos para invitarlos a que la dejen voluntariamente.
Y la idea se trasmitió durante el show. Sonaba "Juguetes perdidos" y en el fondo del predio, de unos 120 mil metros cuadrados, se vio el humo y el color de una bengala. La reprobación masiva e instantánea, entre abucheos e insultos, obligó a que esa luz se apagara a los pocos segundos. Y en el cierre del recital, con el pogo de "Jijiji", también quedó en evidencia. No hubo fuegos ni humo en el aire; la única nube que se vio era por la polvareda que se levantaba en el baile general.
El Indio no estuvo ajeno a otro de los temas que conmocionó al país la semana pasada. "Che, con las nenas no", dijo y recibió un aplauso caluroso. Hacía referencia a Candela Rodríguez,la pequeña de 11 años que fue hallada muerta después de estar nueve días desaparecida.
A las 22.06 salió al escenario ante la multitud. Desde marzo de este año, en Salta, que no se provocaba el encuentro. "Identidad es la respuesta a las preguntas que soy, de dónde vengo y hacia dónde voy. También de lo que quiero ser. Privar de esa identidad conspira contra el autoconocimiento, la autoestima y la autoeficacia", decía el mensaje de bienvenida en las pantallas gigantes, las mismas que difundían la campaña anti bengalas.
El recital comenzó con "Todos a los botes", del último trabajo de Solari, El perfume de la tempestad, y siguió con otro tema propio: "Porco Rex". Luego llegó una seguidilla de temas de los Redondos como "Yo caníbal", "La hija del fletero", "Mariposa Pontiac", "Tarea fina".
"Hace un poco de frío acá. Vamos a ver si nos movemos un poco", arengó desde el escenario mientras bailaba con sus típicos contorneos. "Pido disculpas porque el viento en contra me está secando la voz", agregó. Escondido en sus lentes negros, pequeños y redondos, con una campera y camisa azul, el Indio salió a surcar el aire de Junín con sus Fundamentalistas del aire acondicionado, una ciudad que duplicó la cantidad de habitantes durante el fin de semana y que se vio conmovida por la circulación de gente y el operativo que se montó para controlar a la masa: 1500 hombres de seguridad privada, 700 efectivos y 400 personas para realizar cacheos. Sumado a la buena voluntad de los ricoteros, salvo pequeñas excepciones, permitió que todo el sábado haya transcurrido sin incidentes.
Fueron casi dos horas y media de recital con dos intervalos. La cuenta pendiente en este tipo de eventos, al aire libre y en un predio inmenso, sigue siendo el sonido. Como ocurrió en el hipódromo de Tandil en noviembre pasado las canciones se pierden y también algunos de los comentarios.
La misa ricotera se desconcentró en paz y orden. Fue extenso el recorrido que muchos tuvieron que realizar a pie hasta el centro de la ciudad, ubicado a unos once kilómetros del autódromo. A los costados de la ruta, la fila de micros y autos esperando a sus ocupantes era de cinco kilómetros.
Finalmente pasó el Indio por Junín, después de una postergación y superando algunas internas políticas que pusieron en duda el show a comienzo de año. Más de 250 mil personas fueron convocadas en las últimas tres presentaciones. Aún no se sabe cuándo el encuentro volverá a tener lugar, si este año o el próximo; al finalizar el show no hubo una confirmación y el Indio solo se despidió con un consejo: "Gracias por esta noche. Vuelvan tranquilos a sus casas".
Por Mauricio Giambartolomei
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