Una linda tarde, fresca pero con sol, condimentó la previa del show más esperado de Casi Justicia Social. Después de la separación de Callejeros y el cambio de nombre, todos los recitales de la nueva formación habían sido en lugares más chicos. Con la creciente demanda de entradas y después de la notoria convocatoria en el Cosquín Rock, era momento de subir la apuesta.
El anfiteatro Pedro Carossi, en Baradero, albergó a casi 10.000 personas, llegadas de todos los puntos del país, para ver a Patricio Santos Fontanet y compañía. Previamente banderas, cantitos, asados y remeras con las siglas CJS habían copado los campings, la plaza principal y todos los rincones de la ciudad.
Faltaban pocos minutos para las nueve de la noche cuando las luces del anfiteatro se apagaron y Casi Justicia Social salió a dar uno de los mejores recitales de su corta carrera. Con una introducción instrumental seguida de Los Invisibles y Se que no se prendieron los motores. El agite que siempre caracterizó a los seguidores de Callejeros (muy criticado, por cierto) estaba intacto, nadie dejaba de moverse. Casi sin mediar palabra salió Si me cansé, Sin Paciencia y 9 de Julio. El cantante saludó y durante toda la noche mantuvo una conversación fluida con el público.
Después fue el turno de Puede, Acordate, Ilusión y Morir. Los detalles más sobresalientes del show fueron la incorporación de una violinista, el regreso de Hugo Lobo a los vientos y también la reincorporación de una percusión, cosa que se había perdido tras el alejamiento deTatu. En la lista siguieron Canciones y Almas, Parte Menor, O No, Presión y No Somos Nadie.Casi Justicia Social venía sorprendiendo por su calidad musical y por una lista de temas pocas veces vista, despojada de las canciones más “comerciales”. En seguida fue el turno de Tiempo de Estar, Un Lugar Perfecto, Tanto de Todo, Algo Mejor, Algo Peor y Cristal. Obviamente no podía falta la presentación en sociedad de Dos Secas, que también dejó más conformes a varios indecisos: en vivo suena con mucha más fuerza. Además hubo una exquisita combinación de Lo que Hay y La Llave, y la versión a capella de Lejos del Cielo. La lista de temas fue una suerte de recorrida por toda la carrera de Callejeros y CJS, sumamente acertada.
La sorpresa de la noche llegó luego de un corte: Jugando fue la joya inesperada de la noche. Y así Patricio, Christian, Crispín, Pedi, Lulú y compañía entraban en la recta final del recital, con Guiños, Ojalá se los Lleve, Armar de Nuevo y pegado el himno callejero por excelencia: El Nudo. Entre chistes sobre Pedi y guiños hacia el público, Pato cerró el recital con Suerte. Aplausos, caminata y vuelta a casa.
Fue una noche que entremezcló el recuerdo de clásicos de la vieja época con las nuevas canciones. Y, sin quererlo, se convirtió en un recital bisagra para la banda. Casi Justicia Social viene demostrando que pisa fuerte, y como el Ave Fénix, renació de las cenizas.
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