Dueño de una voz privilegiada y de un carisma imponente y provocador arriba del escenario, James Douglas Morrison Clarke era principalmente un virtuoso poeta con una mente brillante.
Apasionado por el romanticismo, la naturaleza y la poesía oscura, el líder de The Doors cautivaba ya sea con la simpleza de "Hello, I Love You" hasta con la melodramática y edípica "The End". En esta canción de casi doce minutos, que cierra el primer álbum del cuarteto californiano, nos detenemos y de aquí parte este tributo al músico que vio la muerte con apenas 27 años hace ya cuatro décadas, el 3 de julio de 1971.
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